Mi vieja tierra...

Querida tierra, que no te veo

querida tierra grita al cielo,
dinos dónde has ido,
dinos por favor, dilo sin recelo.
Hace tiempo, ya mucho quizás,
me acogió en sus brazos y me vió llegar.
Hace ya tanto que no recuerdo,
porque también me entristece el recordar.

Tierra de colores, de arenas, nieves y frutas;
cuando otros corrían tú ya habías llegado,
y cuando otros luchaban tu descansabas
por todo lo que Dios te había dado.

Allí crecimos, allí lloramos, allí bailamos
al son de tu ritmo,
eras fiesta y circo,
eras disparos y tropel,
gritos de angustia y delirio
montañas de basura y oropel.

Por un lado el agua de cristal y diamante,
por otro, el oro negro del poder,
maldita sean todos los que te hirieron
y malditos los que mal te quieran hacer.

Jamás pensé que un día me iría,
ahora fíjate tierra,
no sé si algún día volveré.
Dejé todo y dejé nada porque
en mi pecho llevaba el deseo
de verte crecer.
Tal vez lejos ahora me encuentro,
sin embargo tierra, de mi una parte
no puedo desprender,
y es aquella que creció, vivió y murió contigo,
para después renacer.
Porque tú de tus cenizas seguro
que vas a volver.

Solo queda agradecerte
los años que contigo compartí,
todo lo que me enseñaste:
mi acento, mi canela, mi sabor,
mis errores, mis virtudes,
mi risa y mi fervor;
gracias tierra por llevarme de la mano
por caminos de felicidad y ardor,
gracias por pese a todo darme razón de orgullo
para ser como no, VENEZOLANO DE CORAZÓN!